domingo, 17 de noviembre de 2013

Juliette.

Bueno queridos míos, llevo ya unos diitas sabáticos sin escribir y va siendo de quitarle las telarañas al teclado, ¿no?

¿Por qué Julieta no escogió a Paris? Si lo hubiese hecho se habría ahorrado muchos problemas, ¿no creéis?

Todo hubiese sido sencillamente vacío; sí, pero con el tiempo y proponiéndoselo lo hubiese llegado a apreciar, a querer quizás. Hubiese tenido una larga vida provista de atenciones, de detalles, de un amor distinto al que esperaba, pero un amor al fin y al cabo... El caso es que no hubiese muerto de amor...

Claro. Los amores más intensos recorren los caminos más tormentosos, y da igual el paisaje, da igual los obstáculos a los que te enfrentas, da igual las noches que pases en vela llorando por hizo esto, me dijo aquello...  Romeo es tu camino, aceptas y quieres todas y cada una de las piedras que te pone en el camino.

¿Pero acaso el camino fácil no era mejor? Julieta al haber visto la situación podría haber optado por ser feliz con Paris. No hubiese habido derramamiento de sangre, de lágrimas... Bueno puede que de lágrimas si, pero con el tiempo habría olvidado a Romeo, con tiempo y paciencia y paciencia y tiempo.

Un día se hubiese levantado y... voilá! ¿Qué fue Romeo para mi?

No habría sido un gran amor, un amor enorme, pero a veces hay que amar con la cabeza, es lo que la hubiese mantenido cuerda para no clavarse un puñal en el pecho.

Con Paris todo sería más fácil... Deberíamos escoger a quien amar, ¿no?

Miras su historial, analizas como es esa persona y pulsas un botón inexistente para quererla.
Te autoconvences para ello. Te acostumbras a hacerlo, cada día.

Es un amor vacío, repito, pero un amor al fin y al cabo.

O incluso podría haber permanecido tal cual, total... Nadie debería condicionar nuestra felicidad, ¿no?

Peeeeeero claaaaaro todo esto está ya de más, la señoritinga eligió a Romeo por encima de todas las cosas, incluso de su vida.
¿Y para qué? Dos bonitos cadáveres de la mano hacia el cementerio... Bravo Julieta, a eso se le llama pensar con la cabeza.

Después de esto... ¿no elegiríais a Paris?

Hay que ser egoístas, hay que pensar con claridad y objetividad si no acabaremos nuestros días como ella, salvando las distancias, claro... Vosotros me entendéis.